jueves, 11 de octubre de 2012

Somos el cielo


Es la manera en que ilumina el sol
y despiertan las lunas;
es en la manera de andar
de la lluvia y del viento con las hojas,
son las hojas en el suelo
son las horas.
Es el tiempo y el deseo,
es la carne el devaneo,
es la brisa de las palmas,
altas palmas lejos de la playa,
almas de algas como fondos
de mil océanos;
y ahí nos movemos
y ahí somos todos colores del cielo.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Lluvias de octubre


Desde las montañas viajaron murmurando secretos,
las lluvias de otoño.
Tras las ventanas se veían bailando esqueletos
de exactos contornos.
El camino se desdibuja tras la corriente de viento y agua.
Las hojas se mueven
como universos de colores dementes al ritmo de danzas:
silencios que se resueleven
en pasos precisos sobre un mundo ceniciento y acabado…
donde se ha hecho tarde,
donde nada se hace sino reír y danzar hasta estar borracho;
embriagado con la carne.
Mundo de misterios donde las palabras palpitan, descansan
sobre los pilares descalzos
de un cielo que se repite y cuando sus ráfagas levantan
significados mutilados...
Desde las montañas viajaron murmurando secretos,
las lluvias de otoño.
Tras las ventanas se veían bailando esqueletos
de exactos contornos…

martes, 9 de octubre de 2012

Memoria insomne


Anoche oí tu voz, memoria insomne.
Encontré junto al buró de mis sueños
un aliento de madrugada de agua y sal;
de agua y sal de ti…

no te miro, no puedo percibir tu aroma,
tu silencio es perpetuo. No te miro.

No dejas de ser eternidad
en la memoria del canto del poeta,
de un perdido, de un adivino: brujo con palabras
y conjuros que te invocan desde tu boca hasta tu alma,
para esperarte escondido entre las sombras
hasta descubrirme solo en la luz;
para develar los sonidos del viento en la ciudad
y escapar entre el aire que canta
y no volver sino para mirar el sol, la luna y el mar
en la tristeza de tu mirada
en la voz de tus palabras
en el silencio de tus días
en la sombra de tu memoria
insomne.

domingo, 7 de octubre de 2012

El final del infinito


Desenfrenado me recuerdo entre nubes:

Respiro de su boca, bebiéndome todo de sus labios.
Devoro su sentido con mi poesía largamente aprendida
-canto de mil secretos-, entre sus cabellos y su oído.
Devoro su respiración acelerada de voz tranquila
entre sus piernas de maíz y chocolate me baña
con el torrente más profundo de la tierra.
Agua que se dispara entre la tempestad del sexo
-sexo de ambos. Infinitud: cárcel de un instante-
Agua que nos desgañita ansiosos, que nos suda.

El instante nos jala, nos grita, nos extingue
al silencio que ejecuta -a sangre fría-
el final del infinito;
que ha sido siempre, sin principio.
Nos lleva a donde no somos más que agua;
donde no somos nada…
entre los dos.

martes, 14 de agosto de 2012

Me haces agua de miel amarga
                                                 en tu boca de piel
                                  sin alma,
cuando la saliva de tu ser,
                                         el aroma de tu boca,
lame las venas de mi cuerpo
                                           (lo duerme, lo huele, lo toca)
Después viene la memoria,
                                              azota el tiempo con el olvido
inclemente,
                  me borra de la faz
terrestre
                                           lujuria de mi sueño hirviente,
de ti, impaciente;
                             de tu recuerdo instantáneo, fugaz.

Podemos hacer
                           las olas del viento
sin soñarnos más
                              que suspirando por dormir
siderales, infinitos,
                                   orgásmicos,                                                    
alejados de la realidad
                                    llena de vestidos de mil insomnios
desnudos,
                 con sólo retazos de su ropa,
                                                             ¡despojos!
deshaciéndonos...
                            de gota en gota.

sábado, 14 de abril de 2012

Público y privado

Contigo escapo, por tus ríos, contigo me sumerjo
me embriago de delirios... haced vuestras mis palabras,
que mis versos no serán canciones acabadas,
al contrario, aquí las dejo a su merced, abandonadas:
dibuja con ellas y para ellas, la luna con su conejo,
que desgarrarme la tinta, eyaculando mis versos
sobre tu hoja blanca, después de haber bebido tus aguas,
de hacer que sobre mí, en la imaginación, te derramaras;
ha sido elevación del silencio embadurnado de palabras.

Sueño en tus mares con resacas duras de gemidos
que abren y cierran sin cesar la desembocadura de tus ríos;
velo tu amanecer entre el matiz de un color efervescente,
huelo el aroma de tus piernas con el pulso de mis manos
mientras todos los silencios se encapsulan en sus ruidos,
como cuando me vuelco sobre ti desde el pasado,
y aprieto y aprietas, entre tu mano, el sudor de mi mano
y cuando soy agua, soy todo, dentro de tu hado;
luego, toda la materia y el tiempo, se desvanece...

Soy agua entre tus piernas.

martes, 20 de marzo de 2012

La poeta de agua

Torrentes ebullicientes de mantos
acuíferos, palabras que se hacen
agua, silencios de ríos cautivos
que siempre fluyen, que cultivan
el aroma del ébano y despiertan
al eucalipto; manantial de la tierra
que se urge a sí mismo en su tránsito,
que se bebe en gotas su propia sed...

sábado, 17 de marzo de 2012

Un aroma de lugar

El aroma que emanaba de entre las puertas aquel lugar, era el que ya conocía por toda vez que asistí ahí al ritual: a maniobrar las manos ajenas, a extender la extensión más vertiginosa de mi cuerpo para el cuerpo de otra. Tablero para el juego de cuerpos que, como los gritos de la selva, se quedan clavados en las noches o se condensan con las nubes y, entonces, los manantiales del doble juego del cuerpo, entrechocan sus corrientes y se encuentran en el tiempo fuera del tiempo; así, solos, como flotando... Envueltos con toda nuestra desnudez, plena y húmeda; viendo al techo, respirando y llevándonos las manos al pecho -que de haber sido uno u otro, era siempre el nuestro-, con las manos descansadas y los labios llenos, como el sexo, de poesía, descansamos antes del siguiente juego, para salir con ese aroma por las puertas de ese lugar...

viernes, 13 de enero de 2012

Mar en horizontes

Vos que eres del viento fiel diamante.
Mujer sola y errante, mujer de nadie.
La ansiosa rosa y su néctar anhelante,
que espinó, en otrora, mis versos de aire.

Tu piel, dorada en bronce, germina,
silencio húmedo de verano, respira;
y al tiempo que tus lágrimas declinan,
llega el invierno y el otoño termina...

Una memoria para aquel invierno lejano
que siempre aguarda al mar en el verano.

miércoles, 11 de enero de 2012

De algunos finales inéditos

Mendoza, se llama la ciudad donde creció, en Argentina; se dice ciudad de buenos vinos. Ella, de piernas largas, de pechos firmes, dura, fuerte de carácter, delicioso néctar de vino encarnado. Su piel irradiaba un sabor dorado que yo ansiaba devorar con todos los poros de mi lujuria. Existió ese sabor en mi cuerpo. Ese sabor que poco dura, que nada busca, ese sabor que es un instante. Sabor del tiempo que ya pasó. Escondidos en la selva Lacanjá rodeados de pura noche y silencios etéreos, universales. Mala noche en que le llegó su luna. Noche que se convirtió en miedo y arrepentimiento de haber devorado entre piernas, gemidos y respiraciones todo el silencio del cuarto, por haber robado el placer de los dioses. Con la noche insomne compartió sus varios pensamientos, mientras yo asistía, con singular inconciencia, al valle de los sueños. Mientras todo esto pasaba (yo dormía, ella pensaba) iba pasando el tiempo y decidió romper sus huellas. Se acababa la compañía del viajero "Me regreso, estoy muy bien con vos, pero no dejo de pensar en otra persona". Sus palabras fueron de abandono y el viajero en un principio se sintió ligero; después, se sintió solo. La soledad es la más dulce compañía de un viajero que no se detiene.

lunes, 9 de enero de 2012

Tanto en tan poco

Cuantas risas en cuantas tardes en tan corto tiempo. Acelerados siempre en el espasmo, en la pausa de los días. Tiempos cortos que volaron con el espíritu que despertabas en universos de colores sin nombre dado, colores desconocidos al ojo humano; universos que construías con tus miradas en mis ojos y tus manos en mi piel. Tus pies se alzaban deslizándose sobre cielos llenos de color y, aire fresco, fueron tus labios para los míos. Te respiraba por todo el cuerpo, te quería de verdad, te amaba. Ahora vivo de la estela de tu ausencia buscando colores, cielos, labios y manos entre luces, soles, lunas y sombras... 

domingo, 8 de enero de 2012

El origen

Doy la bienvenida a todos los que gustan de volver loca esta vida y poner todo al revés. Busco conseguir algo... no sé si sea el franco camino a los infiernos o la dimensión eterna de los cielos; y, si se puede todo al mismo tiempo, así sea. Y por ello precisamente no esperemos coherencia ni elocuencia sino caos, ruinas y desastre.
Las letras me han acompañado en todo momento desde las mañanas frescas y llenas de vida para las actividades sociales, humanas e inhumanas, hasta la muerte chiquita que, de vez en vez, he tenido la fortuna de vivir en los brazos de encantadoras celestiales y, que una vez o más, ¡esclavizáronme todo!
Ahora entre papeles infinitos busco el orgasmo que sea lejano en sus horizontes finitos; busco en el erotismo fatal de mi ruina que es materia primordial de mi sorda e inútil expresión literaria. Aquí, en este sitio, comenzaré a desnudarla para hacer posible que la violenten, que les claven sus ojos de filo crítico pero que no se vayan limpios en la lucha y que rasgue su pensamiento en consonancia con el placer efímero de las dudas y el mal sabor de los malos juicios fundamentados en prejuicios de toda naturaleza.
El enclave de mis ociosas y sonsacadoras palabras está en la parte más sensible e íntima de la vida, donde se aromatiza lo profundo de la tierra como mar de sal y las ansias se transforman en manantiales que fluyen bajo las faldas de las montañas; en donde el viento gime a nuestras espaldas levantando la orilla de la piel cual escalofrío fantasmagórico y otra piel de piernas nos abraza. Es ahí donde nacen y se guardan solas mis letras, ahí, donde empieza la vida y la muerte: mujer.

¡Mujer, lejana en el tiempo y distancia! ¡mujer, cercana herida que sangra! ¡De ti proviene mi vida y de ti mis palabras! Nada, sin ti, simplemente nada...